Hábitos de estudio

Los niños que aprenden hábitos de estudio realizarán esta actividad en forma constante, sin que dependa de su estado de ánimo. Y esta perseverancia le ayudará durante toda su vida.
En este proceso, el rol de los padres es muy importante, principalmente durante los primeros años, porque generalmente los pequeños necesitan de un apoyo para mantener su atención durante periodos prolongados.
Pero además de la supervisión, es fundamental que los padres motiven a sus hijos y además les proporcionen un espacio apropiado para el estudio.
El lugar de estudio puede ser su propia habitación o una pieza en la casa adecuada especialmente para el estudio.
En el lugar de estudio se deben considerar algunos elementos básicos necesarios, como una mesa o escritorio de tamaño acorde al porte del niño, una silla y estantes para que guarde sus libros y cuadernos. Es recomendable que mantenga los materiales a mano, para evitar la necesidad de levantarse e interrumpir los estudios.
Lo importante es que este lugar sea siempre el mismo, de manera que el niño se acostumbre a él y no existan nuevos distractores cada vez que va a estudiar o a hacer tareas. El estudio o las tareas se deberían realizar todos los días aproximadamente a la misma hora y respetando siempre el mismo lugar, para establecer una rutina. De esta forma, el niño asociará el horario y el lugar con el hecho de estudiar o hacer tareas. Si no existen obligaciones escolares, puede sentarse a la hora acordada en el mismo lugar para ordenar los cuadernos.
El lugar debe ser en lo posible silencioso, lejos de la televisión, radio, teléfono y otros ruidos.
El espacio debe permitir la concentración y la atención mantenida en una actividad. Por eso es recomendable que el niño no tenga elementos visuales al frente que lo distraigan, como afiches, fotografías o una ventana.
Evite distracciones de amigos, hermanos u otras personas.