10 Reglas de Oro

  1. Procure que su hija haga méritos para obtener las cosas, de este modo quedará pensando que la vida no le debe todo. No diga malas palabras delante de ella, y aún cuando ésta las diga, no se las celebre. Invítela a que use palabras más cordiales. Enséñela a expresar su enojo o inconformidad  sin necesidad de recurrir a términos grotescos.

  2. Incúlquele a su hija valores y principios que susciten la solidaridad, la justicia social, el respeto mutuo y el amor patrio.

  3. Reprenda a su hija cuando incurra en algo mal hecho, o cuando quebrante una regla. Repréndala por su mala conducta, explicándole el por qué le está reprochando; señalando el hecho en sí. Evite ofenderla con calificativos despreciativos y que la ataquen como persona. Por ejemplo: odiosa, grosera. Etc. Por el contrario, haga una afirmación positiva de su hija; ratifíquele que usted la quiere y que puede contar con usted. Por último señale y determine cuál es la conducta que en lo posterior espera de ella; también a lo que se expondrá si no llegare a cambiar.

  4. Déle a su hija responsabilidades razonables y adecuadas. Desde temprana edad responsabilícela de sus objetos personales. Disponga un sitio para cada cosa y evite en lo posible recogerle los libros, los zapatos, los juegos o la ropa. Enséñele a responder por sus actos, así aprenderá a responsabilizar de sus actos a otros.

  5. Procure estar al tanto de lo que lee su hija. Oriéntela y estimúlela para que se haga amiga de los buenos libros, puesto que son ellos los mejores maestros.

  6. Evite las peleas y discusiones frente de sus hijos. Si llegare a hacerlo, siga los pasos que se deben tener en cuenta en estos casos: queda prohibido tener actitudes extremas. Si llega a perder el control debe alejarse. Discuta una sola cosa a la vez. No profiera amenazas terminales: no toque el cariño o afecto que siente por su pareja o con quien discute.

  7. Déle a su hija solamente el dinero que necesite; no le pague por los mandados u oficios que realice.

  8. Satisfaga adecuadamente los deseos de su hija en materia de comida, bebida o comodidad en la medida de sus capacidades; ceder a todos sus caprichos y antojos, sólo logrará convertirla en una persona intolerante y voluntariosa. Recuerde, se valora verdaderamente aquello que nos representa algún esfuerzo.

  9. Enséñela a respetar las figuras que representan autoridad, haciendo usted mismo lo propio. Llévela a comprender que sólo tiene derechos quien cumple con el deber. Bríndele todo el apoyo necesario, pero analizando objetivamente los derechos sin dejarse manipular por ella.

  10. Si su hija se mete en problemas serios, es el momento de analizar la forma como la ha venido educando y orientando, y de empezar a plantear correctivos. No se disculpe diciendo yo nunca pude con esta niña, ello implicaría aceptar el fracaso.